jueves, 27 de agosto de 2015

La falacia naturalista no tiene nada que ver con el naturalismo

La llamada "falacia naturalista" es bien conocida entre todos aquellos que nos preocupamos de un modo u otro por los fundamentos de la ética. Aunque su nombre lo recibió hace algo más de un siglo (con el argumento de Moore según el cual el concepto de "bueno" no se puede reducir a otras propiedades, porque siempre podríamos preguntar si algo que posee esas propiedades es bueno o es malo), el verdadero padre del argumento es Hume, con la tesis (a mi juicio, mucho más clara y contundente que la de Moore) de que es un error lógico derivar una conclusión que exprese qué es lo que se DEBE hacer, a partir de premisas que SOLO contengan expresiones hacerca de como SON las cosas (en su esqueleto: la tesis de que "no puede inferirse un 'debe' a partir de un 'es'", o "no puede derivarse un juicio moral a partir de juicios de hecho"). O dicho de otra forma: no pueden inferirse conclusiones normativas a partir de premisas puramente descriptivas.
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No voy a discutir en esta breve entrada la tesis de Hume, sólo quiero señalar lo grave que me parece llamar a ese error "falacia naturalista". Pues los argumentos de Hume y de Moore no se refieren en absoluto a "premisas que describen hechos naturales", sino a cualquier proposición que se limite a expresar si A es B, sean lo que sean los A o los B (y en particular, si los B no esconden propiedades morales). Es decir, no solo es que sea lógicamente incorrecto derivar juicios morales a partir SOLO de "hechos naturales" (como "todos los seres humanos desean tener una vida satisfactoria", o "todos los animales superiores pueden sufrir dolor", p.ej.), sino que TAMBIEN es incorrecto derivar juicios morales a partir sólo de "hechos matemáticos", "hechos metafísicos", "hechos lógicos", etc., etc., etc. Es decir, ni podemos deducir qué está moralmente bien y qué está moralmente mal basándonos en el conocimiento empírico de cómo son los seres humanos, ni TAMPOCO podemos deducir qué está moralmente bien y qué está moralmente mal basándonos en el conocimiento "racional" de cómo son las leyes de la lógica o cómo es la esencia de dios y de nuestras almas.
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La "falacia naturalista" debería llamarse de otro modo, pues. Por ejemplo, "falacia factualista".

miércoles, 19 de agosto de 2015

"Déjalo todo y sígueme". Sobre si hay que seguir a quien te sigue en twitter

Discutíamos esta mañana en twitter sobre los tuiteros que siguen a muy pocas otras personas, aunque ellos tengan muchos seguidores. Mi actitud personal es seguir a todo el mundo que me siga (con excepción de cuentas descaradamente comerciales, gente que me insulte, o los que me parezca que escriben demasiadas gilipolleces): no hacer "follow back" me hace sentir más o menos como no devolver el saludo a un vecino.
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Contestaba @crom_well (no sin razón) que cuando se pasa de cierto número de cuentas a las que sigues, twitter no te muestra en tu tweet-line (TL) todos los tuits de esas personas, sino sólo una selección realizada con cierto algoritmo. De este modo, si realmente quieres seguir a esa gente (o sea, leer regularmente lo que tuiten), no puedes seguir a demasiados.
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Yo respondía que eso se consigue también gracias a las listas: puedes hacer una o varias listas (por temas, p.ej.) con los tuiteros que te parecen más interesantes, y mirar esas listas en vez de tu TL. La respuesta de @crom_well era que lo importante es la interacción: si sigues a "demasiadas" personas, y tus seguidores también siguen a "demasiados", será más difícil que cada uno lea los tuits del otro, de modo que habrá poca interacción. Pero eso también se puede resolver con las listas: tú interactuarás más con aquellas personas que tengas en tus listas, y con quienes te tengan en las suyas. Con aquellos que os sigáis mutuamente pero no os hayáis puestos en listas, la interacción será menor.
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Lo que me parece más importante, de todas formas, es qué sucede con aquellas personas que te siguen, pero que tú no sigues. La única forma de "interactuar" con ellas es que ellas respondan a uno de tus tuits, o te mencionen en uno suyo, pero tu "interacción" con ellas no consistirá en que tú encuentres un tuit interesante suyo y respondas, pues no las sigues. Es decir, sólo interactúas con ellas si son ellas las que toman la iniciativa de considerar interesante algo que has dicho tú.
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Desde mi punto de vista, el mensaje que se transmite así a esas personas es "mira, chico, lo que tú tienes que decir no me parece lo bastante interesante como para tenerte en mi TL; si alguna vez quieres que tuitamos, tendrás que ser tú el que preste atención a lo que yo tuito, porque paso de leer lo que tuites tú".
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En cambio, siguiendo a quien te sigue, aunque no todos sus tuits te lleguen, siempre te llegarán algunos con cierta probabilidad.
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