viernes, 24 de julio de 2015

Dos preguntas nada más

De un comentario mío en el blog La máquina de von Neumann:

Por favor, para todos aquellos a los que todavía se les humedece un poco la lengua al pensar en "el sentido trascendente del universo", les ruego que intenten ofrecer una respuesta a estas dos preguntas antes de seguir dando la matraca:
1) ¿Tenemos alguna prueba de que sea más probable la tesis de que la existencia del universo es el tipo de cosa que necesita de una causa para existir, que la tesis contraria?
2) ¿Tenemos alguna razón para sospechar que, en caso de que haya una respuesta afirmativa a la primera pregunta, una causa que podamos considerar parecida a una "intención voluntaria e inteligente" sea más probable que alguno de los posiblemente infinitos tipos de otras causas que no se nos han ocurrido?

jueves, 9 de julio de 2015

Economía y democracia

Os copio un comentario que acabo de dejar en una jugosa entrada del blog Enchufados sobre unas declaraciones de Varoufakis. 
.
Creo que la cosa es bastante clara: el problema en la economía es que los “problemas económicos” son problemas políticos, no problemas “científicos”, es decir, se trata de cómo repartir los beneficios y los costes de cada posible alternativa, y eso no hay ninguna ciencia que nos pueda decir cuál es la forma “correcta” de hacerlo.
.
En un ejemplo muy sencillito: supongamos que vamos dos náufragos en una barca, y descubrimos que sólo va a aguantar el peso de uno de nosotros; hay cuatro alternativas: o bien los dos nos “sacrificamos” arrojándonos al mar, o bien ninguno (en ambos casos morimos los dos), o bien yo me sacrifico y tú sobrevives, o bien al revés. Pues bien, elegir entre estas cuatro alternativas no es un problema “científico”, es una cuestión de como nos las arreglamos para sobrevivir a costa del otro.
.
 La charla de Varoufakis mezcla dos cosas que no tienen nada que ver: que la economía es una ciencia “blanda”, incapaz de hacer predicciones MUY fiables, y que los problemas económicos son problemas políticos, no científicos. Lo primero no justifica en absoluto que la política económica tenga que ser “democrática” (la paleontología o la meteorología-a-largo-plazo tampoco pueden hacer predicciones fiables, pero es absurdo pensar que por eso tendrían que decidirse “democráticamente”). Lo único que justifica que la política económica es mejor que sea (más o menos) democrática, es el hecho de que, INCLUSO CUANDO LAS PREDICCIONES DE LA CIENCIA ECONOMICA SON FIABLES, hay ganadores y perdedores, y es la gente, en ese caso, la que conviene que decida quién gana y quién pierde.

viernes, 3 de julio de 2015

El nuevo concepto de coche utilitario

Hoy en día puedes elegir un coche de gasolina o diésel, con cambio manual o automático, con motor de combustión o eléctrico (bueno, esto va poco a poco), con tracción trasera o a las cuatro ruedas, con asientos tapizados en tela o en cuero, etc., etc., etc.
.
Pero según las últimas noticias, en el futuro también podrás tener otras opciones: podrás elegir, p.ej., que sea un coche de conducción automática, en el que no tengas que molestarte en pisar pedales o mover el volante sino que seas un pasajero más, y él decida por dónde tiene que ir. Y no sólo eso: también podrá decidir qué hacer en caso de que sea inevitable un accidente. La noticia de los últimos días es que algunas empresas que diseñan sistemas para vehículos sin conductor están contratando a filósofos para que les orienten en el diseño de los programas informáticos que se aplicarán en esos casos. Naturalmente, imagino que se trata de filósofos especializados en lo que se ha venido en llamar "tranviología" (el estudio del famoso problema "¿pararás un tranvía arrojándole un hombre gordo para evitar la muerte de cinco personas?").
.
Lo que me hace cierta gracia es la posibilidad de que el mercado desarrolle varios programas distintos para aplicar en este caso, todos ellos diseñados desde una u otra orientación filosófica, de tal manera que, además de poder elegir un coche con altavoces de 200 watios o con un equipo de sonido normalito, también podremos elegir un vehículo kantiano, utilitarista (de ahí lo de los "nuevos utilitarios"), agustiniano, o, por qué no, nietzscheano. Al fin y al cabo, ¿te comprarías un coche del que supieras que, para evitar atropellar mortalmente a 5 personas, elegiría arrojarse por un precipicio con su único ocupante -o sea, tú- dentro?